Altura de un escritorio de oficina italiano: ¿qué dice el estatuto actual?

Cualquier entorno de trabajo puede ser estresante, sobre todo si no se respetan ciertas pautas básicas, especialmente en cuanto a ergonomía y dimensiones del puesto de trabajo. Los escritorios italianos no son una excepción, ya que el trabajo suele estar relacionados a ellos durante varias horas. Existen normas precisas que definen la altura de la superficie de trabajo, basándose en indicaciones posturales.
Estar sentado durante varias horas en un puesto de trabajo que obliga a adoptar una postura incorrecta no solo conlleva una disminución de la productividad por incomodidad, sino también la aparición de graves problemas físicos, que van desde dolores de espalda hasta consecuencias para la vista.

DIMENSIONES Y CATEGORÍAS

Las características de un puesto de trabajo tipo escritorio están definidas por el CEN (Comité Europeo de Normalización Técnica) en la norma EN 527-I 2011. A esta norma se refiere la ley italiana de seguridad en el trabajo D.LGS 81/08.
La norma ha definido 4 tipos (A,B,C,D) de escritorios de trabajo, en función de la posibilidad de regulación de la altura por parte del usuario. Las prestaciones de los distintos tipos son variables: A permite una total libertad de regulación de altura por parte del usuario final, B con altura seleccionable durante el montaje, C mesas de altura fija y D con altura ajustable y seleccionable. Ajustable se refiere a la calibración final de la altura, mientras que seleccionable define pasos preestablecidos.

TIPOLOGÍA A

La tipología A permite una amplia gama de ajustes y selecciones de altura tanto para operadores sentados como de pie. La norma A establece que el puesto de trabajo pueda ajustarse libremente en cualquier momento a las necesidades del usuario. Por lo que respecta a las dimensiones, hay que considerar un operador sentado en un escritorio de entre 650 mm y 850 mm, y un operador de pie de entre 950 mm y 1250 mm. Se trata de un estándar poco difundido en Italia, donde las mesas de pie aún no tienen mucho éxito, pero que es muy popular sobre todo en el norte de Europa. La posición se ajusta mediante mandos motorizados que evitan que el usuario asuma el esfuerzo y corra el riesgo de dañar el puesto y lo que se encuentra en la superficie de trabajo.

TIPOLOGÍA B

Se trata de la versión estática del tipo A, del que difiere en que no puede modificarse tras su instalación. Las alturas son las mismas, divididas en las dos clases: sentado (650 mm-850 mm) y de pie (950 mm-1250 mm). Las mesas de tipo B suelen venderse ya optimizadas para una de las dos clases y el usuario no puede modificarlas después de que el instalador haya realizado el ajuste final.

TIPOLOGÍA C

Se trata de escritorios estáticos no modificables, con una posición sentada de 740 mm +/- 20 mm y una posición de pie de 1050 mm +/- 20 mm. Estas mesas no permiten ningún tipo de ajuste de altura. La profundidad estándar de estas mesas oscila entre 600 mm y 800 mm. La variabilidad de la profundidad está relacionada con el predominio de las pantallas planas, que ha reducido la necesidad de espacio para monitores. En el caso de una mesa de 600 mm, la norma exige que no se acerque a la pared para garantizar la libertad de movimiento de las piernas.

TIPOLOGÍA D

El tipo D es ajustable en altura: entre 680 mm y 760 mm con usuario sentado, y entre 1000 mm y 1180 mm con usuario de pie. Para garantizar la libertad de movimiento de las piernas, las mesas de tipo D deben tener una profundidad de 850 mm.

CÓMO ELEGIR LA TIPOLOGÍA

No existe una norma para elegir el tipo de escritorio, ni para trabajar sentado o de pie. Normalmente, la elección tanto de la altura como de la superficie está vinculada a las necesidades del usuario, prefiriéndose puestos de trabajo más cómodos para quienes tienen que pasar largos periodos de tiempo delante del monitor y soluciones más amplias para funciones ejecutivas. En cualquier caso, también se dan indicaciones sobre la calidad de los materiales, que no deben ser brillantes ni reverberantes, sobre su resistencia a la flexión bajo carga, al rayado y a la rotura mecánica, así como sobre la flexibilidad de la superficie. Los materiales utilizados para fabricar los escritorios incluso deben ser atóxicos e ignífugos. La selección de materiales debe obedecer tanto a consideraciones estéticas como de seguridad.