Sillón de dirección: ergonomía

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Elegir un sillón de dirección es un paso importante a la hora de amueblar una oficina, tanto para enfatizar la posición que uno ocupa, a nivel de función y relevancia, como para garantizar que se trabaja con absoluta comodidad. Las tareas asociadas a la función ejecutiva suelen ser muy estresantes y hay que hacer todo lo posible para minimizar cualquier incomodidad. La elección de las características de un sillón de dirección es muy subjetiva y depende de las necesidades del usuario final, y también puede influir considerablemente en los costes. El papel del fabricante es navegar entre las opciones y el confort requerido, ofreciendo materiales de última generación de la más alta calidad que satisfagan al cliente.

Postura


Una silla de dirección debe estar diseñada para proporcionar apoyo en condiciones de estrés mental más que físico. La concentración y la capacidad de reacción dependen en gran medida de la postura y la primera tarea de una silla es ayudar a mantener la posición más correcta de la espalda y hacerlo con flexibilidad. De hecho, debe ser posible alternar entre momentos operativos, por ejemplo, frente el ordenador, donde es necesario mantener los brazos en la posición óptima para acceder al teclado y al ratón, manteniendo la espalda recta y reduciendo el peso sobre el cuello y la cintura, y otros momentos de relajamiento. Una buena silla ergonómica permite adoptar la mejor posición durante las conversaciones en las que se necesita apoyo manteniendo un alto nivel de comodidad. Las sillas de dirección de gama alta no suelen tener un respaldo recto y rígido, sino uno que sigue la forma en "S" de la columna vertebral y que, en muchos casos, puede calibrarse para adaptarse a cada persona. Importante es el apoyo lumbar, que es un elemento de refuerzo, normalmente regulable, que proporciona el apoyo adecuado a la parte baja de la espalda, la sometida a mayor tensión en situaciones en las que se exige el máximo esfuerzo físico e intelectual.

Confort


Un sillón ejecutivo no sólo debe ser simplemente ergonómico y favorecer una correcta posición de la espalda en diferentes situaciones, también debe ser cómodo. Los materiales con los que se fabrican las fundas y los tapizados son de vital importancia para garantizar el máximo confort durante mucho tiempo. La selección de materiales de primera calidad es indispensable para un diseño avanzado y de alto rendimiento. Las fundas transpirables evitan la transpiración y no estropean el planchado de la chaqueta y el pantalón, o la falda. Incluso pueden utilizarse tejidos técnicos, sustitutos de la piel o auténtica piel suave, para lograr la máxima comodidad.

AJUSTABILIDAD


La forma ergonómica en "S" del respaldo, el apoyo lumbar y la altura no deben ser fijos en un sillón de dirección de alta calidad, sino regulables, para permitir una respuesta eficaz a las necesidades del usuario sin que éste tenga que realizar ningún esfuerzo. A partir de las características físicas del individuo, que son el punto de partida para configurar la silla, debe ser posible realizar ajustes que permitan cambiar la posición de los reposabrazos, y sobre todo del respaldo, de forma rápida y sin riesgo de no poder recuperar la configuración principal de funcionamiento.

RECLINABILIDAD


Una característica importante para la correcta ergonomía de los sillones de dirección es la posibilidad de reclinar el asiento, incluso de forma marcada para permitir una rápida respuesta al esfuerzo, simplemente aliviando la tensión de los músculos lumbares y del cuello. De hecho, en muchos casos es suficiente adoptar una posición reclinada para aliviar la de tensión acumulada, y también es importante la rapidez con la que se alcanza la posición de descanso, ya que el proceso debe guiarse de tal forma que no provoque sacudidas ni tensiones en los músculos de la espalda.

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